LA IZQUIERDA EN UN LABERINTO ¿QUÉ HACER?
Walter Montañez Vargas
La izquierda, después de las elecciones municipales fue expectorada por su ex candidata Susana Villarán, ahora alcaldesa de Lima, para las elecciones presidenciales. Ella, de la “izquierda moderna”, rechazó tajantemente el fortalecimiento y ampliación de la confluencia de todas las fuerzas progresistas antineoliberales. ¿Por qué los partidos de izquierda (dirigencia) levantaron una candidatura que no iba a sumar en la construcción de un objetivo político superior? Por otro lado, teniendo a puertas las elecciones presidenciales, donde la derecha, en las diversas encuestas, se viene consolidando en los primeros lugares ¿cuál debe ser la estrategia de la izquierda para ser protagonista en esta lid electoral?
LA “IZQUIERDA MODERNA” TAMBIEN DEFIENDE EL STATUS QUO
Fuerza Social (FS) se presenta como la “izquierda moderna”, con ello Susana esta dando ha entender que las demás fuerzas políticas de izquierda (MNI, PCP, PS, entre otros que no comparten la ideología de izquierda liberal) son arcaicas, es decir de ideas desfasadas. O sea, ¿apostar por el socialismo es desfasado? Si es así, entonces, para Susana también llegó el “Fin de la Historia”. Es más, ¿Cómo se explica que la izquierda arcaica tenga presencia en muchos gobiernos regionales? En Junín, Vladimiro Huaroc, presidente de FS, fue derrotado categóricamente, en la última elección regional, por una “izquierda arcaica” representado por Vladimir Cerrón Rojas, médico de profesión. Huaroc se presentaba a la reelección, pero por tener una mala gestión no recibió el apoyo del pueblo.
Fuerza Social (izquierda liberal), apuesta por un capitalismo con “rostro humano” (como si eso, en la actualidad, fuera posible). Por ello, plantea la combinación del Estado, libre mercado y ciudadanía. Es decir, apuestan por la inversión privada, donde el papel del Estado y de la ciudadanía deben tener un papel activo (En eso, seguro, que habrá el monitoreo del FMI y del BM). En ese sentido, podemos decir que Fuerza Social (izquierda moderna) es una variante de la vieja ideología política de la Socialdemocracia (surgido a finales del siglo XIX), que también promueve el capitalismo con rostro humano, por ello, en Europa, tomando la teoría Keynesiana, se instauró el “Estado de Bienestar” (1933). Pero, a partir de 1970, el neoliberalismo (liberalismo salvaje) se viene implantándose en los países del mundo para proteger los intereses de las empresas transnacionales. Por lo cual, el Estado de Bienestar (política social a favor de las grandes mayorías), con la benevolencia de la socialdemocracia (izquierda liberal), se viene restringiendo para salvar el sistema capitalista. Todo país de la orbe capitalista tiene que someterse al diseño político-económico (neoliberal) de EE.UU, si no lo hacen, son castigado por los norteamericanos. Ejemplos sobran.
Vivimos en un mundo donde las empresas transnacionales marcan las pautas del mercado (y también la política); estas grandes empresas, por su ansia de acumular más riqueza, evitan que en el mercado exista libre concurrencia, y si aparece algún competidor se lo devoran. Por lo tanto, el libre mercado, como lo planteaba Adam Smith (1776), ahora, ya no existe. Después de la crisis de 1929 conocido como el “CRACK del 29, que tuvo repercusión mundial, el presidente de EE.UU, Franklin D. Roosvett (1933), para salvar la economía capitalista, tomó la teoría económica del economista John M. Keynes. Él (Keynes) aducía que el mercado por si solo no podía regularse, por ello planteaba la intervención del Estado en la regulación de la economía, donde el libre mercado compatibilice con los intereses sociales. Por ello planteaba que el crecimiento económico debe estar acompañado de una mejor redistribución de la riqueza, una mayor justicia social. Es decir, se debería contar con un “Estado de Bienestar”. El Estado de Bienestar, instaurado en Europa y EE.UU, reconocía múltiples derechos sociales y laborales del pueblo, con ello mejoraba el bienestar y calidad de vida del ciudadano; tal es así, que el Estado promovía el pleno empleo, estabilidad laboral, salario digno, a los desocupados le asignaban un "seguro de desempleo", educación pública y seguridad social de calidad, etc. El capitalismo, en ese entonces, se vio obligado de presentarse con “rostro humano” para detener el avance del comunismo en Europa.
En Europa, que vive, en la actualidad, una crisis económica causada por la gran Banca Financiera, los gobiernos de la “izquierda liberal” (España, Grecia y Portugal), para salvar la “economía capitalista” de sus países se vio obligado arriar su bandera de capitalismo con “rostro humano”, despidiendo a miles de trabajadores públicos, además, aumentó la edad de jubilación, recortó y eliminó, programas de bienestar social, pensiones y prestaciones por desempleo. Mientras los grandes banqueros y los inversores extranjeros no fueron tocados. Por lo tanto, podemos concluir, la izquierda liberal, como la derecha, cuando la economía capitalista está en peligro salen en su defensa para preservar el status quo.
LIMPIANDO EL CAMPO POPULAR
Susana Villarán, para las elecciones municipales, fue presentada, por la izquierda histórica, como candidata del pueblo. Eso hizo que las mayorías marginadas apoyaran su figura como alternativa al neoliberalismo. Para nada se pensaba que esta coalición formada era coyuntural, es decir, solamente para las elecciones municipales y que luego “cada uno bailaría con su pañuelo”, como lo manifestó Susana. En ese aspecto, podemos decir la dirigencia de la izquierda histórica (los mismos rostros de la década del 80), una vez más, se comportaron como “tontos útiles”, ya que sirvieron para que el “arbolito” (Fuerza Social) de Susana creciera rápidamente y fuera frondoso. Arbolito ahora no va dar sombra al pueblo sino a los intereses del gran capital (por eso recibió la bendición del escritor ultra derechista Vargas Llosa, pues FS no representa ningún peligro al gran capital). Debemos de tener en cuenta que el “capital” siempre reprime cuando se siente amenazado por alguien.
Teniendo a Fuerza Social fuera del campo popular, por tener una posición neoderechista , es necesario seguir apostando por la confluencia de las fuerzas de izquierda y progresista (unidad en la diversidad) para luchar contra el neoliberalismo y la corrupción. Una unidad que se forje desde las bases (con el pueblo) y no desde las cúpulas partidarias. Esa amarga experiencia que tuvimos con FS no debe repetirse.
Con respecto a la formula presidencial y congresal. En cuanto a su elección debe ser lo más democrático, es decir, los candidatos deben de surgir de elecciones primarias, en donde participen no solo las bases partidarias sino también la ciudadanía en general que deseen un “CAMBIO” profundo en nuestro país. Un “cambio cosmético o superficial”, como lo plantea Susana, solamente prolonga la agonía del modelo económico neoliberal. En ese aspecto, la propuesta de Alberto Moreno, dirigente del MNI, de considerar a Ollanta, si o si, como candidato natural no es democrático, pues, eso es “culto a la persona”. Y eso linda con el autoritarismo, que es la negación de la democracia participativa.
Que no se caiga en el mismo error cuando se eligió, en medio de cuatro paredes, a Susana Villarán como candidata de la confluencia, previo repartija de cargos (candidato a regidor). Esa conducta es de la derecha, que solamente convoca al pueblo para que vayan a votar por sus candidatos elegidos por las cúpulas partidarias. En ese sentido, las actitudes hegemonista y sectarias deben ser rechazadas, pues no consideran que el pueblo sea protagonista de su destino (poder popular). El término PODER POPULAR que no quede simplemente en el discurso, sino que la dirigencia de la izquierda histórica debe ponerlo en práctica. En consecuencia, si los candidatos no surgen por elecciones primarias, el pueblo debe rechazarlos. No podemos seguir aceptando los negociados políticos “bajo la mesa” de las cúpulas partidarias.
Por otro lado, la protesta popular contra los efectos del modelo económico neoliberal se va agudizar, tendremos muchos Baguas por delante. El neoliberalismo viene derrumbándose en Europa y EE.UU, arrastrando tras de si más pobreza y miseria. En el Perú, el colapso del modelo económico neoliberal es cuestión de tiempo. En ese aspecto, en el programa alternativo se debe considerar la elaboración de una nueva Constitución que refunde el país. Es decir, que apueste en la construcción de una sociedad con democracia participativa (poder popular), soberana, equitativa, solidaria, justa y prospera. Una sociedad donde se priorice lo colectivo antes de lo individual.
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