ELECCIONES PRESIDENCIALES
10 ABRIL: CAMBIAMOS O MORIMOS
Walter Montañez Vargas
COMO SE INSTAURÓ EL MODELO ECONÓMICO NEOLIBERAL
En la elección presidencial del año 1990, Mario Vargas Llosa, candidato del FREDEMO- alianza que agrupaba a los partidos de derecha: Acción Popular, PPC y el Movimiento Libertad- , para solucionar la grave crisis económica, generado por el gobierno de Alan García (1985-1990), propuso medidas económicas de corte neoliberal, donde el mercado sería el ente regulador de la economía, dejando de lado el papel del Estado.
Para detener la hiperinflación dejado por el primer gobierno de Alan García, el candidato de FREDEMO propuso aplicar un “shock económico”, en el cual, se tenía que subir drásticamente los precios de los productos básicos. Esto asustó a los electores, por ello, Vargas Llosa perdió la elección presidencial. La sinceridad del escritor, al manifestar su propuesta abiertamente, lo llevó al fracaso electoral. En cambio, el candidato Alberto Fujimori, con respecto a contener la inflación desbocada, dijo todo lo contrario, planteó el “no shock”, propuso bajar la hiperinflación gradualmente. Debemos de tener en cuenta que Fujimori apareció como figura política por el descredito de los partidos políticos, tal es así, que faltando un mes para las elecciones (abril de 1990) era un personaje electoralmente desconocido, pues apenas contaba con el 2% de la preferencia electoral. Estando ya en el gobierno, para consolidarse, recurrió a la Fuerza Armada. En esto, la figura del siniestro Vladimiro Montesinos fue determinante. De otra manera, otra seria la historia.
En Julio de 1990, el presidente Alberto Fujimori viajó a Washington buscando ayuda financiera de la comunidad internacional. Encontrando respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), dicha institución le garantizó apoyo, siempre y cuando, optara por el modelo económico de libre mercado, según los lineamientos de la política de “Consenso de Washington”: privilegiar al pago de la deuda externa, reducir el papel económico del Estado, recortar el gasto social, abrir de par en par las puertas a la importación extranjera. En ese sentido, como a Fujimori no le interesaba conservar la soberanía económica, se sometió a las indicaciones neoliberales de la institución financiera internacional (instrumento de EE.UU para tener subyugado a los países del tercer mundo). Fujimori se olvidó sus promesas electorales, donde desdeñaba el modelo de libre mercado (liberalismo salvaje). La aplicación de este modelo tomaba en cuenta un ajuste económico brutal para estabilizar la economía (ajuste que traía un altísimo costo social que hasta ahora se mantiene).
El 8 de agosto de 1990, inesperado día, el ministro de economía Hurtado Miller anunció el “shock económico”, finalizando el mensaje con una frase socarrona “Que Dios nos ayude”. Al día siguiente del anuncio, los peruanos descubrieron que su dinero casi no tenía valor, pues los productos de primera necesidad se habían elevado astronómicamente. Pero, con el “paquetazo de medidas” se beneficiaron las grandes empresas, pues sus activos se valorizaron más. Para profundizar el proyecto político- neoliberal, el 5 de abril de 1992, se dio el golpe de Estado, aboliendo la Constitución de 1979. EE.UU, país que se cataloga como el guardián de la democracia, avaló el golpe, debido a que Fujimori se alineó a la defensa de los intereses económicos de los norteamericanos. Luego, con el fin de maquillar la seudodemocracia, el 22 de Nov. del 1992, constituyó el Congreso Constituyente Democrático (CCD), el cual elaboró la Constitución de 1993, que dio el marco legal al modelo económico neoliberal. Con este modelo se comenzó a reducir drásticamente la intervención del Estado en la economía. Esto dio lugar que el mercado pase a manos de las empresas monopólicas y oligopólicas. Es más, este modelo, desde 1990, hasta la actualidad, permitió rematar alegremente las propiedades del Estado con “faenones” de por medio.
En la privatización, a pesar que eran rentables, se incluyeron los recursos estratégicos, como los sectores de fuente de energía: petróleo, electricidad y gas. Por ser tal, muchos gobiernos del primer mundo lo conservan para impulsar el desarrollo industrial de su país. Como vemos, el gobierno comenzó a vender a pedacitos el patrimonio del país a capitales extranjeros, principalmente chilenos. Por otro lado, los inversionistas extranjeros gozaron de incentivos tributarios que les exoneraba pagar ciertos impuestos (Canon, Regalías, impuesto a la sobreganancia, etc). Estos beneficios se registraron en el Convenio de Estabilidad Jurídica (Ley 27342), en los cuales no se les podía cambiar la legislación ni la tributación a pesar que podían estar en contra los intereses nacionales. Y para estimular la inversión extranjera se redujo drásticamente los derechos del trabajador, con leyes anti laborales, para contar con el “Cholo barato”.
Con el libre mercado la empresa nacional quedaba totalmente desprotegida de los capitales foráneos. Al modelo (Made in Washington) no le importaba desarrollar el mercado interno, solamente le preocupaba promover el mercado externo. Eso dio lugar a que el país dependa totalmente a los vaivenes de las economías desarrolladas. El mercado externo, desde el siglo XVIII, se sustenta en el modelo económico primario-exportador, el cual, le interesa fomentar intensamente la exportación de las materias primas (Oro, plata, cobre, etc.) antes de impulsar una economía transformadora (producción de bienes con mayor valor agregado) que posibilite la industrialización. Esto no sucede, porque la industrialización del país contraviene los intereses de EE.UU. Los norteamericanos quieren que el Perú sea solamente su reservorio de materias primas y mercado cautivo para sus productos industriales.
CAMBIO DE RUMBO
Por lo que viene sucediendo en Egipto y Túnez, donde el pueblo tomó por asalto las calles, por causa de la postergación social (pobreza y desempleo) que trae el modelo neoliberal, es necesario contar con un nuevo modelo económico; un modelo que sea humanista y solidaria y que esté en armonía con el medio ambiente. El neoliberalismo es incompatible con la conservación del medio ambiente. El desenfrenado afán de lucro de las empresas transnacionales no le permite medir las consecuencias de la devastación que vienen haciendo al ecosistema. Esto se viene manifestando con el aumento alarmante de tormentas, terremotos, erupciones volcánicas, sequias, inundaciones, deshielo acelerado de los polos, etc. En ese aspecto, la supervivencia de la especie humana está en peligro
Viendo los acontecimientos del mundo, revueltas populares por causa del hambre y desempleo, podemos decir, la teoría de Milton Friedman (padre del neoliberalismo) fracasó. Él manifestaba que el liberalismo económico, orientado por el mercado, iba a traer prosperidad y bienestar material para todos. Es decir, con el libre mercado se alcanzaría la “tierra prometida”. Al respecto, quienes si se beneficiaron, con este modelo, son los dueños de las corporaciones transnacionales en desmedro de las grandes mayorías.
En nuestro país, el modelo económico neoliberal se instauró compulsivamente desde hace 20 años, el cual, no ha solucionado los problemas sociales, sino, que lo ha acrecentado. La desigualdad social se ha agudizado. En la actualidad, tenemos crecimiento económico y/o bonanza económica, pero con mayor pobreza y desempleo. Los cuales sirven de caldo de cultivo en el alarmante incremento de la delincuencia que vienen azotando a la población. Entonces, para evitar la “explosión social”, como sucedió en Túnez y Egipto, es necesario cambiar radicalmente el modelo económico y político del país, para ello, primeramente, se tiene que romper con el colonialismo económico que tenemos con el FMI, institución financiera que está en contra del desarrollo de los intereses nacionales. En ese aspecto, debemos de contar con un modelo que se oriente básicamente por la generación de empleo masivo, para ello, el país debe apostar por la industrialización intensiva aprovechando que todavía tenemos, como ventaja comparativa, recursos naturales en abundancia. Ningún país del primer mundo ha obtenido su desarrollo económico basándose exclusivamente en la explotación de materias primas. En ese sentido, el nuevo modelo debe proteger y desarrollar el sistema productivo nacional, donde la micro y pequeña empresa sea el eje de la economía. Ello, debe estar acompañado por una fuerte inversión en ciencia y tecnología para aumentar la productividad. Debemos de tener en cuenta que el siglo XXI será la “economía del conocimiento”, donde la innovación determinara el crecimiento productivo de un país. Por otro lado, la apertura económica que tengamos con el mundo no debe afectar la producción nacional y su desarrollo. En efecto, debemos tener apertura al mundo internacional, pero, que no afecte los intereses de la nación y de las peculiaridades del país. En suma, el país debe impulsar un desarrollo económico con bienestar social, de tal manera, que mejore la calidad de vida del peruano que, desde hace dos décadas, viene empeorándose.
Para llevar a cabo un modelo alternativo al neoliberalismo tenemos que apostar por el CAMBIO. Por ello, debemos de refundar la República peruana, para lo cual, se requiere llevar a cabo una revolución democrática, nacionalista y anticolonial. Luego, bajo un Plan Nacional de Desarrollo, el país, debe reestructurarse radicalmente en lo económico, social, cultural, político y moral. Por esta razón, requerimos contar con una nueva "Constitución". Donde el Estado sea eficiente, promotor del desarrollo del país y regulador del mercado (para evitar sus fallas). Además, la nueva democracia debe estar sostenida en la democracia participativa como alternativa a la democracia representativa (democracia liberal). Es tiempo que el pueblo sea protagonista en la construcción de su futuro.
Anexo:
(1)El Gobierno de EE.UU, contraviniendo la teoría económica liberal, y a las recomendaciones que hace el FMI a los países emergente cuando entran en crisis, para salvar su economía, intervino en el mercado financiero solventando con miles de millones de dólares a los Bancos a fin que no quiebren, también bajó los intereses hipotecarios y así ayudar a las familias deudoras, además, nacionalizó varios Bancos, entre otros.
(2): Vladimiro Montesinos, fue capitán del ejército, expulsado del ejército, en el año 1976, por traición a la patria y detenido, pues llevó información a la CIA. Luego, antes de estar con Fujimori, como abogado defendió a narcotraficantes colombianos y peruanos, entre ellos estuvo el capo del cartell de Medellín, Everisto Porras Ardila. Con todo ese currículum fue llamado por Alberto Fujimori para que lo asesore.
3) En el periodo de Fujimori se privatizó 200 empresas publicas, por lo cual se tuvo como ingreso ingresos por U$ 9.010 millones. Ello no fue destinado en el desarrollo del país (invirtiendo en ciencia y tecnología), ni en el aumento de la protección social de las grandes mayorías, pues el modelo liberal no le permitía. El dinero se dilapidó en gastos intrascendentes.
4) La bonanza económica no se debe a ningún esfuerzo gubernamental, sino al alza de precios de las materias primas (particularmente de los minerales) en el mercado mundial. Ese boom obedece al crecimiento vertiginoso de una demanda impulsada por China. (5) La micro y pequeña empresa es un sector estratégico en la economía nacional, pues contribuyen en la generación empleo masivo, equivalente al 78% de la PEA , y aportan con el 42% del PBI.