Walter Montañez Vargas
Llegó el día del Paro 9 de julio. No podía estar ausente en ese
acontecimiento. Estuve en la municipalidad de Villa El Salvador a las 9
a.m., lugar del pre concentración para iniciar la movilización,
primero, hacia el mercado 24 de Junio de VES, luego partir a Lima. A esa
hora ya estaban algunos compañeros del PCP, después de largo rato llegó
PS. Los demás partidos Confianza Perú, Bloque Popular, Fuerza Social,
Pueblo Unido brillaron por su ausencia, les llegó un bledo los acuerdos
tomados el martes pasado. Ni que decir del Partido Humanista y Tierra y
Libertad. De nada valió que se llevaran 3 reuniones.“La izquierda ha perdido credibilidad porque ésta suele adoptar una práctica política muy poco diferenciada de la práctica habitual de los partidos tradicionales, sean de derecha o de centro. La gente común y corriente está harta del sistema político tradicional y quiere cosas nuevas, quiere cambios, quiere una nueva forma de hacer política, quiere una política sana, quiere transparencia y participación, quiere recuperar confianza”, Martha Harnecker.
Por otro lado, SUTRAMUVES (sindicato de los empleados de la municipalidad de VES) a esa hora llevaba una mini asamblea relámpago. El secretario general del sindicato, Ricardo Paredes, estaba preocupado, de los 150 de sus miembros, solamente estaban presente 23. A pesar de que había un acuerdo de asamblea de hacer un Paro en la municipalidad de VES para acudir a la movilización, estos se zurraron en el acuerdo y se fueron a trabajar como cualquier día. Para ellos, antes de todo, estaba el pan de cada día, si no se trabaja, no se come.
Antes de partir, según Paredes, se le invitó a Alejandro Villaverde, responsable de Patria Roja, para ir conjuntamente a la marcha, él se negó a participar, a pesar que uno de sus miembros estaba en la asamblea del martes 7 de julio. Villaverde prefirió ir tras su partido. Por otro lado, para hacer una movilización hacia el mercado 24 de Junio, que era otro acuerdo, ni se mencionó.
A eso de las 9.45 a.m. salimos rumbo a Lima, Plaza dos de Mayo, en un ómnibus alquilado por el sindicato, con 30 personas. El contingente de la flamante “Mesa de Enlace y Dialogo de Villa El Salvador”, que lo conforman más 6 partidos, apenas contaba con 6 miembros, 5 del PCP, 1 del PS.
Llegando a Lima, nos pasamos de largo de la Plaza Bolognesi, no se respetó el acuerdo de bajarnos en dicha Plaza para de allí movilizarnos hacía la Plaza dos de Mayo. Llegando a la histórica plaza, antes de bajarse del ómnibus, hubo un pequeño altercado entre dos miembros de la izquierda de VES, uno le decía que llevará la banderola, que se había confeccionado especialmente para ese día, el otro le respondía: “no, mejor llévalo tú”. Al final, la banderola se quedó en el carro.
La movilización arrancó a eso de las 12 m. Había una buena participación de las organizaciones gremiales, en especial del sindicato de construcción civil que estuvieron con un gran número. Los partidos de izquierda también estaban, pero sus fuerzas eran raleadas. En la marcha se veía poca juventud, las universidades estaban ausentes, ni que hablar de las “Zonales”. El SUTEP, base de la CGTP, estaba ausente. Y si estuvieron pasaron desapercibidos por su pequeño número. No les observe. Hay que decir, que los colegios funcionaban como cualquier día. Eso nos demuestra que Patria Roja ya no tiene la ascendencia sobre el magisterio como los años anteriores.
Los marchantes recorrieron la Av. Nicolás Pierola-Garzilazo de la Vega-Wilson- Paseo de la República-Lampa- Parque Universitario. Al final de la marcha se instaló un pequeño estrado, en ella estaban ubicados los congresistas Rimarachín, Dammert, Lescano y otros. La movilización, que tenía como objetivo de ir al Palacio de Gobierno (así estaba la convocatoria), terminó tranquilo. No se intentó siquiera de forzar de ir a Palacio, lugar donde se encuentra el traidor de Ollanta, para enrostrarle que los trabajadores están en contra del modelo económico neoliberal, modelo que viene empobreciendo cada vez más al pueblo peruano. Fue una marcha “ejemplar”, que con seguridad la prensa mediática y la CONFIEP aplaudirá. Percibí una marcha apagada, a pesar de su buena convocatoria, no fue combativa como la realizada en apoyo a los del Valle de Tambo. En ella participaron, más que nada los jóvenes, que le dieron vida con sus arengas y pancartas combativas.
Finalmente
Lo acontecido el 9 de julio en VES por las fuerzas de izquierda es totalmente deplorable. No respetaron los acuerdos emanados en tres reuniones. Fueron horas perdidos inútilmente. Eso hace que la credibilidad de esos partidos ante el pueblo se pierda. No trabajaron, ni siquiera con sus militantes, para garantizar una buena asistencia en la movilización. Sus dirigentes, solamente se ponen las pilas cuando hay elecciones de por medio. Porque sabe que por ahí se pueden ganar “alguito”.
Con esa credencial, el llamamiento que hagan al pueblo de Villa El Salvador caerá en saco roto. No les harán caso. No se aprendió para nada del paro anterior, del 23 de setiembre del 2013. En ella también hubo coordinación en las fuerzas de izquierda de VES. En esa movilización, como ahora, estuvieron huérfanos de apoyo popular. Se puede decir, en el presente, están en más de lo mismo. Hay que tener en cuenta que la izquierda gobierna en la mayoría de los países latinoamericanos, en el Perú apenas alcanza al candidato farandulero Brad Pizza en las encuestas. Es la izquierda que la CONFIEP quiere: una fuerza marginal que no amenaza a nadie. Una izquierda funcional al modelo económico neoliberal y no una alternativa política real al capitalismo.
Los partidos de izquierda deben de tomar en cuenta lo manifestado por Marta Harnecker: “No se puede concebir una fuerza política sin contar con una fuerza social”. Este martes que viene los partidos de izquierda de Villa El Salvador van a tener una evaluación de su “participación” en la movilización, seguramente se golpearan el pecho. Se echarán la culpa unos a otros, o manifestarán que las cosas sucedidas no volverán a suceder. Pero las cosas están hechas, han perdido una gran oportunidad de ganarse la confianza de las clases populares y del movimiento social de VES. Hubiera sido una bonita carta de presentación que la izquierda de VES ahora está unida y ha cambiado. Mientras tanto, el pueblo seguirá su propio camino, y al calor de sus luchas se comenzarán a unificar. Y en ella aparecerá el líder que lo conduzca en la construcción de una patria justa y equitativa.