“Construimos nuestro destino o aceptamos un futuro incierto”
Walter Montañez Vargas
El 28 de julio conmemoramos la independencia del Perú, que es más nominal que real para el pueblo, pues, desde los inicios de la independencia, hasta ahora, un pequeño grupo tomó las riendas del Estado para favorecer sus intereses. Estos subyugaban (an) a las grandes mayorías con el fin de mantener una vida de opulencia y despilfarro. Por eso, el Perú marginado, los que se refugian para su sobrevivencia en la economía informal, del capitalismo salvaje, se rebelan y buscan la segunda independencia para alcanzar el bienestar material y cultural. Una muestra que la población quiere el CAMBIO, es que en las elecciones presidenciales apostó por Ollanta Humala. Esta voluntad popular no ha caído bien a los “dueños del Perú”. Sin embargo, para garantizar la “GRAN TRANFORMACIÓN”, el sector popular tiene que seguir movilizándose en las calles hasta desterrar este orden injusto establecido el 28 de julio de 1821 e instaurar una sociedad justa y solidaria. En suma, en ese propósito, el pueblo debe ser la fuerza del cambio.
LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA
Cuando se conquistó el Perú, su estructura social, económica y política fue modelado de acuerdo a las necesidades de España. Luego, esta misma estructura colonial se mantuvo con la República. Los criollos, que tomaron las riendas del poder, proclamada la independencia, solo le interesaban el poder político, el cambio político. No le importaban los cambios socio-económicos, pues podría poner en peligro el gobierno que controlaban.
Con la emancipación de España, en el año 1821, los sectores marginados de la época colonial, indios y negros, empeoraron su situación. Donde el indio pasó a ser no solo sobreexplotado, como siervo, sino despreciado; y el negro seguía siendo esclavo. El indio (portador de nuestra cultura ancestral) y el negro no eran considerados como seres humanos, por ello, el trato que tenían era peor que a un animal.
En suma, la nueva REPUBLICA expresaba los intereses de los criollos, que pertenecía a la aristocracia terrateniente, y no de las grandes mayorías. Es más en el país, después de la independencia, por muchas décadas, se mantuvo una economía feudal y esclavista para favorecer los intereses de las grandes metrópolis.
CARENCIA DE IDENTIDAD
Los criollos (raza blanca) como nueva clase social dominante, después de la independencia, tenía el prejuicio de considerarse una raza superior por ser blanco, con respecto a la raza aborigen (incas). Es por eso que los criollos no reivindicó la cultura autóctona que hubiera servido de cimiento para construir nuestra IDENTIDAD NACIONAL, instrumento básico para lograr la INTEGRACION NACIONAL en lo económico, político, cultural e ideológico. Con la nueva República se profundizó la diferenciación racial, de los criollos (blanco), mestizos (cholos), serranos (indio) y negros, que, con el transcurso del tiempo, se convirtió no solo en diferenciación social, sino también en diferenciación política, económica y cultural. Esto originó diversos modos de sentir de nuestra realidad y de actuar.
Podemos decir, entonces, nuestros males sociales (y la desperuanización) se profundizó con la Independencia; prolongándose, luego, a lo largo de los 190 años de la vida republicana. Nuestra CLASE DOMINANTE tuvo un sentimiento antinacionalista, pues actuaron a espaldas de la REALIDAD NACIONAL. Debemos de tomar en cuenta, a lo largo de la historia del Perú, la burguesía nacional por su subordinación (sumisión) al capital extranjero y su falta de conciencia nacional no pudo cumplir con su rol histórico en el Perú, las tareas que esa clase cumplió en Europa: La integración económica, la unidad nacional política e ideológica en torno a un PROYECTO INTEGRAL DE DESARROLLO.
Los grupos de poder económico estructuraron un tipo de Estado para utilizarlo como instrumento político de dominación sobre las grandes mayorías de peruanos. Es más, nuestros gobernantes fomentaron un modelo de desarrollo económico primario-exportador, hasta hoy vigente, que permitió, a los “Dueños del Perú”, amasar una monumental riqueza. Se explotó y depredó nuestros recursos naturales (primero fue el guano de la isla y el salitre, luego el caucho y petróleo, ahora, el oro, plata, cobre y el gas de Camisea). A los gobernantes de turno no le interesó para nada el aprovechamiento de nuestras recursos naturales en la industrialización del país, con el fin de sustituir los productos importados. Entonces, desde la independencia, la clase dominante diseñó un modelo económico en función del mercado externo y no de acuerdo a las necesidades de consumo de los peruanos. En ese aspecto, el Perú ha devenido en convertirse como colonia económica de los países del primer mundo.
EN CAMINO HACIA LA SEGUNDA INDEPENDENCIA
Sobre la segunda independencia hubo el intento hacerse con el general Juan Velazco Alvarado, quien instauró un gobierno militar revolucionario el 3 de octubre de 1968. Velazco imprimió un gobierno nacionalista de probada orientación antiimperialista y antioligarquico. Los militares de ese entonces pusieron las armas al servicio del pueblo. Bajo el lema “El patrón ya no comerá de tu pobreza”, dejaron de defender a la oligarquía nacional y extranjera que actuaban en contra de los intereses nacionales. Sin embargo, el cambio no pudo consolidarse debido al golpe militar de Francisco Morales Bermudez (1975), quien representaba los intereses del gran capital. Bermudez comenzó a desactivar las reformas iniciadas por Velazco. De otra manera otro hubiera sido la historia del Perú.
Llegamos al 2011, el pueblo en su intento de seguir apostando por la segunda independencia se identifica con el mensaje de cambio, o la gran transformación, de Ollanta Humala. Gracias al apoyo de los excluidos del modelo económico neoliberal, Ollanta gana las elecciones presidenciales.
El sector popular espera que las promesas electorales del candidato de “Gana Perú” se hagan efectivas e iniciar la GRAN TRANSFORMACIÓN del país, donde las mayorías sean las grandes beneficiarias. De otra manera seremos un país inviable que explotará socialmente. Ollanta, en el gobierno, tiene que hacer honor a su slogan de la campaña “Ustedes ¡Tienen mi palabra!”, que no sea como los anteriores presidentes que incumplieron sus propuestas de campaña electoral para profundizar el modelo económico neoliberal. El cual, es inviable en el mundo, por la gran crisis económica que viene pasando Europa y EE.UU. Alan, en su periodo de gobierno, para defender el modelo en mención lo tuvo que hacer a balazos, causando la muerte de 103 ciudadanos (Moquegua, Bagua, Islay, ...Puno).
Por tanto, para garantizar la “gran transformación”, y alcanzar un nuevo Perú, el pueblo tiene que seguir movilizándose y potenciando su organización. No existe otra alternativa. De la misma manera, los grupos de poder económico presionaran por todos los medios al nuevo gobierno de que mantenga el “statu quo” para seguir conservando sus privilegios.