Walter Montañez Vargas
“Es hora de dibujar una nueva
izquierda, pero esto no se
dará de un día para otro, será
parte de un proceso de
encuentros y fricciones en sus
formas y contenidos.
Será un camino de propuestas
y no de imposiciones de un
grupo de iluminados. Será un
camino pedregoso, que
dependerá de la audacia y coraje
que le coloquemos
a nuestro andar. Será un camino
de tristezas
y alegrías, de derrotas y
triunfos, de sacrificios que
al final nos darán la victoria.
Nuestro principal sello
será la porfía de que estamos
seguros que Chile puede
ser distinto”, Movimientos Libres del Sur de
Chile.
Las elecciones
presidenciales del 2016, se va dar en un contexto internacional especial: la decadencia del capitalismo como forma de organización
económica y social, y la tarea que se ha
dado EE.UU. de recuperar
a los países que se han salido de su patio trasero. Ya lo consiguió con
Honduras y Paraguay, derrocando a sus presidentes progresistas. De la misma
manera quiere hacerlo con Venezuela, al
cual, a través de sus esbirros empresariales, le ha declarado una guerra
económica para tumbar al gobierno bolivariano. Viendo esto, EE.UU. no va
permitir, de ninguna manera, que en el
Perú gane un movimiento de izquierda, aun así fuera moderado.
LA IZQUIERDA QUE LA
DERECHA NECESITA PARA CONVIVIR
Un sector de
la izquierda, encabezado por Yehude de Simon Munaro, en su afán de participar en las elecciones presidenciales
del 2016 ha lanzado un frente político de centro-izquierda, su apuesta es
humanizar a la bestia indomable del capitalismo que, cada vez, se torna más
represivo y sanguinario contra los pueblos que no se subyugan a su imperio por
defender sus recursos naturales.
Lo que no
pudo Susana Villarán en las elecciones municipales pasadas, 2014, de unir a la izquierda y el centro derecha,
Yehude quiere reeditarlo. En ese entonces,
Susana, mandó al diablo al Frente Amplio que estaba en formación desde
las bases con el slogan de un “militante, un voto”. Con un sector de la izquierda
(PCP, Patria Roja, Tierra Libertad, PS) se fue a buscar el apoyo del centro
derecha (Somos Perú, Acción Popular, Perú Posible). Solamente consiguió el
apoyo de Perú Posible. Tierra y Libertad se desmarcó de Susana por no estar de
acuerdo con hacer alianza con Toledo por estar implicado con la corrupción. De la misma manera Patria Roja, pues no
estaba conforme en la confección de la lista de regidores de Lima, donde se le
ninguneo.
“La
izquierda ha perdido credibilidad porque ésta suele adoptar una práctica
política muy poco diferenciada de la práctica habitual de los partidos
tradicionales, sean de derecha o de centro. La gente común y corriente está
harta del sistema político tradicional y quiere cosas nuevas, quiere cambios,
quiere una nueva forma de hacer política, quiere una política sana, quiere
transparencia y participación, quiere recuperar confianza”, Martha
Harnecker.
Yehude
Simon se ha dado la tarea de formar un
frente de centro-izquierda para
enfrentar a Alan y Keiko candidatos de la derecha económica, y no para confrontar
abiertamente al modelo económico
neoliberal que viene empobreciendo cada vez más al pueblo peruano y depredando aceleradamente
el medio ambiente, a tal punto que ya estamos a puertas de un colapso ecológico.
Como vemos, el capitalismo, sin cortapisa, viene deshumanizando al hombre y
destruyendo la naturaleza.
Yehude piensa que por tomar una posición tibia
o condescendiente con el capitalismo la derecha económica le va dejar gobernar,
si gana. ¡Falsas ilusiones! La derecha, no quiere más otro Ollanta. Este, a
pesar que gobierna a favor de la gran empresa, no proviene de sus canteras. Los
poderes económicos no quiere otro
presidente surgido del voto antisísmico.
Como el pueblo se viene soliviantando cada vez
más por los efectos devastadores del
modelo económico neoliberal, los poderes económicos, requiere de un presidente como Oscar Valdez
(Conga), donde las balas sea un interlocutor válido. Estos para proteger sus privilegios, a la larga o la corta, no le queda otro
camino de instalar un gobierno autoritario que linde con el fascismo, como ya
lo ha hecho sus pares en otros países
(Honduras, Guatemala, México…) para acallar y mantener subyugado por la fuerza al
pueblo. Los asesinatos a dirigentes en esos países son el pan de cada día.
QUE CAMINO DEBEMOS
RECORRER
Los
partidos de izquierdas en el Perú, básicamente desde la década del 90, no ha
sido una alternativa política real al capitalismo, pues se adecuó al sistema.
Recordemos. Últimamente, los partidos
de izquierda en su conjunto, tuvo la oportunidad de tener PODER en el gobierno de la municipalidad de Lima con Susana Villarán,
sin embargo, se gobernó distante de la población y no se pensó en forjar Poder Popular desde el seno del pueblo,
menos movilizarlo. Fue un gobierno pragmático, tecnocrático, no hubo acción
política. Con esos antecedentes nada se puede esperar de este sector de la
izquierda, donde su práctica política se diferencia muy poco de la práctica
habitual de los partidos de la derecha.
Teniendo
en cuenta que los partidos de izquierda no son organizaciones sólidas, ni
cuentan con movimientos sociales de alcance nacional. Como si lo tiene la
izquierda de Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil. En el Perú, por las movilizaciones que se
viene dando de los sectores sociales contra el modelo económico neoliberal, se está
generando un escenario favorable de constituir un frente social alternativo. Para
ello, la izquierda (no necesariamente un partido, sino puede ser un movimiento
social que luche contra el capitalismo) debe ser un instrumento aglutinador y
promovedor de un Frente Amplio de Masas.
En ella deben estar integrados los partidos de izquierda, los movimientos sociales, personalidades
progresistas y todos los afectados por el sistema capitalista. La unidad tiene
que ser principista y programática, donde la bandera principal sea la defensa de la especie humana y la
naturaleza. Es decir, se tiene que contar con un programa anticapitalista. El Programa
debe elaborarse con la participación del pueblo a través de asambleas abiertas o utilizando la web. Y como parte indispensable del programa
unitario debe estar también la defensa de Cuba, la solidaridad activa con
Venezuela Bolivariana y la identificación plena con el proceso emancipador de
América Latina del imperialismo norteamericano.
Finalmente,
la apuesta por la unidad debe ir más
allá de las elecciones presidenciales, que no se nos vaya la vida si no
se participa en el 2016. La apuesta por la unidad debe ser, más que nada, en promover una
resistencia organizada contra la agresividad del sistema capitalista salvaje.
Esta acción nos permitirá seguir acumulando
fuerza para tareas superiores.