Friday, April 24, 2015

Para que el Perú sea posible, otra izquierda es necesaria



 Walter Montañez Vargas
 
“Es hora de dibujar una nueva izquierda, pero esto no se
dará de un día para otro, será parte de un proceso de
encuentros y fricciones en sus formas y contenidos.
Será un camino de propuestas y  no de imposiciones de un
grupo de iluminados. Será un camino pedregoso, que
dependerá de la audacia y coraje que le coloquemos
a nuestro andar. Será un camino de tristezas
y alegrías, de derrotas y triunfos, de sacrificios que
al final nos darán la victoria. Nuestro principal sello
será la porfía de que estamos seguros que Chile puede
 ser distinto”, Movimientos Libres del Sur de Chile.


Las elecciones presidenciales del 2016, se va dar en un contexto internacional especial: la decadencia del capitalismo como forma de organización económica y  social, y la tarea que se ha dado EE.UU. de recuperar a los países que se han salido de su patio trasero. Ya lo consiguió con Honduras y Paraguay, derrocando a sus presidentes progresistas. De la misma manera quiere hacerlo con  Venezuela, al cual, a través de sus esbirros empresariales, le ha declarado una guerra económica para tumbar al gobierno bolivariano. Viendo esto, EE.UU. no va permitir,  de ninguna manera, que en el Perú gane un movimiento de izquierda, aun así fuera  moderado.

LA IZQUIERDA QUE LA DERECHA NECESITA PARA CONVIVIR
Un sector de la izquierda, encabezado por Yehude de Simon Munaro,  en su afán de participar en las elecciones presidenciales del 2016 ha lanzado un frente político de centro-izquierda, su apuesta es humanizar a la bestia indomable del capitalismo que, cada vez, se torna más represivo y sanguinario contra los pueblos que no se subyugan a su imperio por defender sus recursos naturales. 

Lo que no pudo Susana Villarán en las elecciones municipales pasadas,  2014, de unir a la izquierda y el centro derecha, Yehude quiere reeditarlo. En ese entonces,  Susana, mandó al diablo al Frente Amplio que estaba en formación desde las bases con el slogan de un “militante, un voto”. Con un sector de la izquierda (PCP, Patria Roja, Tierra Libertad, PS) se fue a buscar el apoyo del centro derecha (Somos Perú, Acción Popular, Perú Posible). Solamente consiguió el apoyo de Perú Posible. Tierra y Libertad se desmarcó de Susana por no estar de acuerdo con hacer alianza con Toledo por estar implicado con la corrupción.  De la misma manera Patria Roja, pues no estaba conforme en la confección de la lista de regidores de Lima, donde se le ninguneo.

La izquierda ha perdido credibilidad porque ésta suele adoptar una práctica política muy poco diferenciada de la práctica habitual de los partidos tradicionales, sean de derecha o de centro. La gente común y corriente está harta del sistema político tradicional y quiere cosas nuevas, quiere cambios, quiere  una nueva forma de hacer  política, quiere una política sana, quiere transparencia y participación, quiere recuperar confianza”, Martha Harnecker.

Yehude Simon  se ha dado la tarea de formar un frente  de centro-izquierda para enfrentar a Alan y Keiko candidatos de la derecha económica, y no para confrontar  abiertamente al modelo económico neoliberal que viene empobreciendo cada vez más al pueblo peruano y depredando aceleradamente el medio ambiente, a tal punto que ya estamos a puertas de un colapso ecológico. Como vemos, el capitalismo, sin cortapisa, viene deshumanizando al hombre y destruyendo la naturaleza.

 Yehude piensa que por tomar una posición tibia o condescendiente con el capitalismo la derecha económica le va dejar gobernar, si gana. ¡Falsas ilusiones! La derecha, no quiere más otro Ollanta. Este, a pesar que gobierna a favor de la gran empresa, no proviene de sus canteras. Los poderes  económicos no quiere otro presidente surgido del voto antisísmico.  

Como el pueblo se viene soliviantando cada vez más por los efectos  devastadores del modelo económico neoliberal, los poderes económicos,  requiere de un presidente como Oscar Valdez (Conga), donde las balas sea un interlocutor válido. Estos para proteger  sus privilegios,  a la larga o la corta, no le queda otro camino de instalar un gobierno autoritario que linde con el fascismo, como ya lo ha hecho sus pares  en otros países (Honduras, Guatemala, México…) para acallar y mantener subyugado por la fuerza al pueblo. Los asesinatos a dirigentes en esos países son el pan de cada día.

QUE CAMINO DEBEMOS RECORRER
Los partidos de izquierdas en el Perú, básicamente desde la década del 90, no ha sido una alternativa política real al capitalismo, pues se adecuó al sistema. Recordemos.   Últimamente, los partidos de izquierda en su conjunto, tuvo la oportunidad de tener PODER en el gobierno de la municipalidad de Lima con Susana Villarán, sin embargo, se gobernó distante de la población y no se pensó en forjar Poder Popular desde el seno del pueblo, menos movilizarlo. Fue un gobierno pragmático, tecnocrático, no hubo acción política. Con esos antecedentes nada se puede esperar de este sector de la izquierda, donde su práctica política se diferencia muy poco de la práctica habitual de los partidos de la derecha.

Teniendo en cuenta que los partidos de izquierda no son organizaciones sólidas, ni cuentan con movimientos sociales de alcance nacional. Como si lo tiene la izquierda de Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil.   En el Perú, por las movilizaciones que se viene dando de los sectores sociales contra el modelo económico neoliberal, se está generando un escenario favorable de constituir un frente social alternativo. Para ello, la izquierda (no necesariamente un partido, sino puede ser un movimiento social que luche contra el capitalismo) debe ser un instrumento aglutinador y promovedor de un  Frente Amplio de Masas. En ella deben estar integrados los partidos de izquierda,  los movimientos sociales, personalidades progresistas y todos los afectados por el sistema capitalista. La unidad tiene que ser principista y programática, donde la bandera principal sea la defensa de la especie humana y la naturaleza. Es decir, se tiene que contar con un programa anticapitalista.  El Programa  debe elaborarse con la participación del pueblo a través de  asambleas abiertas o utilizando la web.  Y como parte indispensable del programa unitario debe estar también la defensa de Cuba,  la solidaridad activa con Venezuela Bolivariana y la identificación plena con el proceso emancipador de América Latina del imperialismo norteamericano.

Finalmente, la apuesta por la unidad debe ir  más  allá de las elecciones presidenciales, que no se nos vaya la vida si no se participa en el 2016. La apuesta por la unidad  debe ser, más que nada, en promover una resistencia organizada contra la agresividad del sistema capitalista salvaje. Esta acción  nos permitirá seguir acumulando fuerza para tareas superiores.

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