CONSTRUIR EL "FRENTE POPULAR" PARA EL CAMBIO
“La historia lo escriben los pueblos y no los caudillos”

Walter Montañez Vargas
http://www.delvecino.blogspot.com/

Parafraseando la frase “La historia lo escriben los pueblos y no los caudillos” podemos decir que el pueblo solamente con su participación y movilización construirá su instrumento de unificación (EL FRENTE UNICO POPULAR), con lo cual conquistará sus reivindicaciones. En esa tarea los caudillos sobran. Ellos han demostrado a lo largo de la historia de Villa El Salvador que solamente ven sus intereses mezquinos y no lo colectivo. En ese sentido no debemos caer en su demagogia.

Por los acontecimientos que se venía dando el año pasado: invasión del cementerio, cambio de uso de la zona agropecuaria, desalojo de los ambulantes, incremento brutal de los arbitrios, expropiación del terreno (centro de exhibición) de los empresarios del Parque Industrial, inseguridad ciudadana, la conversión del local de la CUAVES en un mercado, etc. se promovió un plantón y vigilia contra la municipalidad por ser causante de los hechos mencionados. Estas acciones de protesta fueron promovidas básicamente por el Foro Social y la CUAVES. Luego, para ser efectivas las posteriores medidas de luchas se comenzó a hablar de la necesidad de promover un FRENTE POPULAR (Frente Político-Social). Debemos de tener en cuenta que las acciones aisladas de las organizaciones sociales, como viene sucediendo, por conquistar sus reivindicaciones, no tendrán los resultados esperados.

CONTRAPESO SOCIAL
El FRENTE POPULAR serviría de contrapeso social al alcalde Jaime Zea, pues los espacios, limitados o restringidos, de participación vecinal, en la gestión municipal, creado por Ley: CCL, Comité de Gestión del Presupuesto Participativo y el Comité de Vigilancia del Presupuesto Participativo son entes decorativos, el alcalde los ignora. Por ello los vecinos son ajenos a la participación en los asuntos públicos del distrito.

Esperemos, en el impulso del FRENTE, no exista cálculo político electoral, ahora que se avecina las elecciones municipales. Sino fuera así, sería un gran avance. Solamente quedaría pasar a la acción. Entonces, el problema residiría en la metodología de cómo concretizarlo, teniendo en cuenta la profunda dispersión y/o atomización del sector social promovida por esta gestión municipal y las anteriores. Las autoridades municipales siempre le han temido al pueblo organizado como el diablo a la cruz. Hay que tener en cuenta, también, que la fragmentación del campo popular es por la crisis de liderazgo. Pues, no contamos con líderes con nueva mentalidad y actitud, y que apuesten por el cambio. Requerimos de líderes populares, con rostros nuevos, que tenga como herramienta de trabajo la información y el conocimiento. A la vez deben ser tolerantes, flexibles, innovadores, transparentes, concertadores, y lo más importante deben generar CONFIANZA y tener CREDIBILIDAD.

Debemos de recordar que los que tuvieron cargos en la municipalidad, anterior a Jaime Zea, gobernaron, también, autoritariamente, a espaldas del pueblo, desmovilizando y dividiendo a las organizaciones populares. Por ello, sin el menor rubor (vergüenza) ahora se presentan como los paladines de la democracia participativa (donde el vecino tiene un papel protagónico en la construcción de su destino). ¿Será esto parte de su estrategia electoral, de ser demagogos? Más aún, en ellos, en la actualidad, no existe una pisca de arrepentimiento ni autocrítica honesta por ser soberbios.

En cuanto a la constitución del FRENTE POPULAR, lo democrático sería por comenzar articular a los actores sociales desde las bases (desde abajo). Donde las organizaciones sociales sientan la necesidad de converger en función de sus reivindicaciones inmediatas. En esta tarea las fuerzas progresistas deben tener solamente el papel de “facilitadores u orientadores” para que el pueblo se integre por si mismo. Hacer la unidad de otra manera, desde arriba (verticalismo), sería burocrático y no de masas, solamente se tendría una suma de siglas que no movilizarían ni a su sombra. Como se ha demostrado en el plantón y en la vigilia realizada el año pasado. En ese aspecto se tiene que aprender la lección y no caer en los mismos errores.

EL CAMINO ES DIFICIL
La construcción de este espació mayor, lo más amplio posible, en este momento, es un gran RETO. Es un camino muy difícil pero no imposible (hacer posible lo imposible). En ese sentido, siendo un pueblo desintegrado, se debe construir pacientemente de nuevo el tejido social, que lo tuvimos en los inicios (década del 70) donde se puedan unir los diferentes intereses individuales para darle un sentido colectivo. Es decir, requerimos la integración ciudadana (unidad en la diversidad) con una visión colectiva. Tenemos que tener en cuenta que el desarrollo integral del distrito necesariamente requiere la INTEGRACIÓN de los vecinos. No existe otra alternativa.

La integración de los diferentes actores sociales debería darse en torno a un PROGRAMA (objetivos comunes), tomando en cuenta la defensa de una vida digna, la conservación del medio ambiente, la democracia participativa (participación directa del vecino en la toma de decisiones para la solución de sus problemas, poder popular), la solidaridad, la lucha contra la corrupción y la delincuencia.

En suma, si deseamos apostar al cambio de rumbo, si queremos que nuestro distrito sea una sociedad viable (evitar el caos que ya se avizora), debemos de articular las demandas populares con la exigencia de transformación de la sociedad, es decir, debemos de apostar en la construcción de una sociedad equitativa, solidaria, justa y prospera. Una sociedad donde se priorice lo colectivo antes de lo individual. Para ello, el PROGRAMA, debe apuntar en oponerse al neoliberalismo. Pues, este modelo económico y político que se desarrolla en nuestro país y por ende en nuestro distrito, a través de la gestión del alcalde Jaime Zea, a la vez que genera miseria y exclusión social, apuesta al autoritarismo.

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