Saturday, April 25, 2009

LA REVOCATORIA DE JAIME ZEA ES APOSTAR MÁS DE LO MISMO

Walter Montañez Vargas

En Villa el Salvador (VES) se viene recogiendo firmas para la revocatoria del alcalde Jaime Zea por su ineficiencia en la gestión municipal de VES. Esta acción, al final, no conlleva a ningún beneficio del pueblo, solamente favorece a la persona que promueve la revocatoria, pues con ello gana protagonismo político al hacerse ver como defensor de los intereses vecinales. Esto va aumentar sus réditos en las próximas elecciones municipales (marketing electoral). Por otro lado, con las firmas recolectadas, que le da cierto poder, puede negociar políticamente con el alcalde.

No es la primera vez que se plantee la revocatoria a un alcalde en VES, esto se hizo con el alcalde Martín Pumar, en el año 2001. En la recolección de firmas, que solamente quedó en eso, para la revocatoria de Martín Pumar, apoyó Jaime Zea, en ese entonces era teniente alcalde de la gestión de Pumar. Esto le sirvió como catapulta para llegar a ser alcalde, al año siguiente. Esa experiencia, ahora, los que vienen recolectando firmas, quieren repetirlo, pensando que con ello pueden llegar al sillón municipal. Sobre esto los vecinos deben estar alertados para no dejarse engatusar de nuevo.

Revocar al alcalde es apostar a más de lo mismo, pues el nuevo alcalde, en el caso hipotético remplace a Zea, seguirá con las mismas practicas política tradicionales. Desarrollará, en el manejo de la cosa pública, el mismo modelo de gestión municipal que se caracteriza por ser burocrático, centralista y jerárquico. Todo esto se debe a que el alcalde no cuenta con un contrapeso social, debido a que el pueblo se encuentra atomizado y dispersado, donde sus organizaciones están débiles y no les interesa opinar sobre asuntos públicos (apolíticos), y, además, carecen de capacidad de convocatoria. Esta situación ha sido alentada por las gestiones anteriores para evitar compartir el poder de decisión, pues contar con organizaciones sociales fortalecidas y cohesionadas era una amenaza a la gestión municipal. Es más, la actual legislación de “participación vecinal” y la “legislación electoral municipal” permite que el alcalde concentre el “poder”, por ello gobierna autoritariamente al margen de la voluntad del pueblo. En ese sentido, es necesario la modificatoria de ambas leyes para garantizar un gobierno municipal democrático, que este cerca de la gente, donde el modelo de gestión municipal sea horizontal y democrático, participativo, concertador y promotor del desarrollo humano y social de la población.

No se puede seguir permitiendo que el alcalde elegido gobierne de acuerdo a su criterio y no tome en cuenta al vecino. El destino del distrito no debe estar en manos de una sola persona. En ese aspecto, la participación del vecino (CCL, “Comité Gestión del Presupuesto Participativo” y el “Comité de Vigilancia y Control del Presupuesto Participativo), en el desarrollo de la localidad, no puede ser solamente de carácter consultivo, que solamente opine, sino que su participación sea de carácter resolutivo, donde su opinión sea tomada en cuenta. Es decir, la responsabilidad de la gestión municipal debe ser compartida (democracia participativa), con ello profundizamos la democracia local. En ese sentido, bajo un nuevo modelo de gestión, la lucha contra la pobreza en el distrito pasa a ser un compromiso de todos, desde la gestión municipal hasta el ciudadano a pie. La democracia participativa y el desarrollo de la localidad van de la mano. Lo otro es apostar a un futuro incierto.

Por lo mencionado, con respecto a la modificatoria de la ley electoral municipal, cobra relevancia las propuestas del Dr. Julio Díaz Palacios, director de la “Red Perú”, el cual plantea (lo subrayado, color rojo, es nuestro:

1.- Las listas de candidatos a los gobiernos locales pueden ganarse con la diferencia de un voto sobre la lista que le sigue en votación. No obstante este hecho la lista ganadora tiene como injustificado premio la mitad más uno de regidores, lo que constituye un agresivo carácter excluyente de la legislación al impedir que representantes de otras organizaciones políticas se incorporen a las tareas gubernamentales. El número de regidores, obtenidos por cada lista, se debe dar de acuerdo al porcentaje obtenido en la lid electoral (cifra repartidora). Así como se conforma los componentes del Congreso de la Republica
2.- Con este resultado automáticamente los consejos municipales pierden de hecho su potestad de fiscalización, por que es imposible que los regidores fiscalicen a los alcaldes procedentes de la misma organización. Así lo evidencia la realidad, la frase popular “otorongo no come otorongo”, refleja gráficamente esa tendencia. La lista ganadora, a pesar de haber obtenido menos del 20% de apoyo electoral, como en el caso del alcalde Jaime Zea, tiene la mayoría de los regidores, eso evita la fiscalización por parte del consejo municipal.

3.- Además, para complicar el asunto, por no haber separación de poderes (Ejecutivo por un lado, y Normativo-Fiscalizador, por otro), los alcaldes pasan a presidir los respectivos “consejos municipales”, es decir tienen prácticamente en sus manos el control de casi todo el poder. Esto da argumentos a las acusaciones de que las leyes orgánicas de municipalidades sean “alcaldistas”. El alcalde tiene el papel de Ejecutivo y de Legislativo, no se dividen los poderes como si se da en el gobierno nacional.

4.- Pero eso no es todo, el alcalde puede ser elegido con 10, 12 o 15% de respaldo electoral al no haberse establecido un porcentaje mínimo de electores para ganar el derecho a asumir el cargo de autoridades. Esto significa, el riesgo de que se tenga autoridades que inicien su gestión gubernamental teniendo en contra, muchas veces, tres cuartas partes del electorado, toda una invitación a la ocurrencia de conflictos y crisis políticas por la muy baja representación y representatividad. Se debe implantar una valla electoral, puede ser del 50% mas uno del electorado, en caso que la lista no alcance dicho porcentaje, se debe dar la segunda vuelta.

5.- Pero además, tenemos el problema de que por lo general los regidores son elegidos por “lista cerrada”, sin que los ciudadanos puedan elegir entre los diversos candidatos. Al votarse por el alcalde se está eligiendo automáticamente a los regidores sin que uno quiera, cuando lo correcto seria que cada ciudadano pueda votar directamente por un número determinado de ellos. Se debe instaurar el voto preferencial para elegir a los regidores, como se hace con los congresistas.

6.- A ello se suma la reelección indefinida de las autoridades municipales, las que de hecho están en campaña todo el tiempo, por eso los paneles con los grandes nombres de las autoridades, es una vieja tradición de propaganda permanente pagada por nosotros, los electores.

7.- Finalmente es un hecho absurdo que los alcaldes pueden ser elegidos con menos de 12% o 15% de respaldo electoral, pero para revocarlos la Ley Electoral exige la mitad más uno de los votos validamente emitidos, lo que hace prácticamente hace imposible el ejercicio de este derecho por la ciudadanía organizada

No comments: