Thursday, April 30, 2009

LOS MIGRANTES DE VILLA EL SALVADOR
¿Por qué nuestros hijos se van?

Walter Montañez Vargas

Quién no tiene un amigo o familiar fuera de Villa El Salvador, que salieron del Perú, huyendo de la pobreza, como lo hicieron nuestros padres, década del 60 y 70, cuando migraron del interior del país hacia la capital buscando satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, vivienda, educación, salud y trabajo). Abanto Morales, sintetiza lo acontecido, en ese tiempo, con su canción “El provinciano”: Las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo y abandone mi casa para ver la capital. Como recuerdo el día, feliz de mi partida; sin reparar en nada, de mi tierra me aleje…”.

Nuestros padres, jóvenes en ese entonces, no les interesaban emigrar fuera del Perú, solamente se afanaban en llegar a la capital, pues en Lima, podían encontrar, todavía, un trabajo digno, y un espacio, del Estado, en el cual edificar su vivienda, caso de Villa El Salvado y otros distritos. En esa época cualquier labor que hacían nuestros padres, en Lima, sea como obrero, o como trabajador ambulante, garantizaba el bienestar de su familia. Es decir el hambre no tocaba la puerta de la casa, como ahora. Bien dice, mi anciano padre: “antes, con mi salario, que era el mínimo, se comía bien; incluso se tomaba “lonche”. Recuerdo cuando yo era niño, todos los domingo salía a pasear con mi familia, bien asistiendo al Coliseo Nacional, ubicado en el Porvenir ( La Victoria ) para deleitarnos con la música de Pastorita Huaracina, o asistir al “Cachascán” y disfrutar la Lucha Libre de “Manolo Moza”,” Butcher”, “Yanqui”. En ese aspecto, puedo decir, el salario de mi padre alcanzaba hasta para divertirnos, lo que no se puede hacer, hoy, con el salario mínimo.

Ahora los tiempos han cambiado, existen pocas oportunidades para desarrollarse. Por eso, los jóvenes, hijos nuestros, profesionales o no, para huir de la pobreza y del desempleo, emigran masivamente fuera del Perú, ilusionados, como lo hicieron sus abuelos cuando salieron de su pueblo natal hacia la capital. La salida de los jóvenes hacia otros lares, buscando un mejor porvenir, es penoso para los padres, tal es así, que la partida de un hijo es como si a uno le desgarraran parte del cuerpo.

Los jóvenes migrantes, en la actualidad, vienen siendo perseguidos, maltratados y discriminados. La civilización occidental no los quiere (xenofobia), los considera como “estorbo” y “lacras sociales”, por lo cual les obligan a regresar a su país de origen. En la Unión Europea (UE) y EE.UU se implantó una política migratoria que criminaliza a todo migrante ilegal mediante el encarcelamiento. En EEUU, nación que se constituyó, en el siglo XVII-XVIII, con migrantes, ahora esta expulsando a los migrante del siglo XXI. Ademas a los expulsados se les confisca sus propiedades. El derecho a la vida, a la supervivencia, de los desplazados, no cuenta para la civilización occidental.

Vemos, pues, el egoísmo, resalta en los países del primer mundo, que no quieren compartir y/o retribuir, su opulencia con los desvalidos (migrantes). Estos países, gracias al despojo (robo) del inmenso tesoro en oro y plata, del imperio incaico pudieron salvar, en ese entonces, la civilizacion occidental. Este latrocinio continuó con la independencia del Perú, con la venia de los gobiernos de turno, al permitir que las potencias occidentales siguieran amasando riqueza, astronómicamente, con la explotación y depredación de nuestros recursos naturales, dejando a su paso pobreza y miseria. Según la FAO (organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) en el mundo mueren diariamente de hambre 100,00 personas. Y un niño cada 5 segundo muere de hambre.

Debemos recordar, los primeros hombres, de las cavernas, gracias a la solidaridad que mostraban entre ellos pudieron sobrevivir en un mundo inhóspito. Se unieron para defenderse y compartir la comida. Si hubieran tenido la conducta humana del siglo XXI, egoísta e individualista, el hombre hubiera desaparecido en sus comienzos, de la faz de la tierra. Por consiguiente, la solidaridad entre los seres humanos, es la única vía de la especie humana para que se conserve a lo largo del tiempo. Esto, no es garantizado por el sistema inequitativo de la civilización occidental, pues su modelo de desarrollo se basa en la ideología liberal que es inhumana.

Teniendo en cuenta que las sociedades del primer mundo funcionan bajo el principio: “El mercado es el único que asigna los recursos”. Entonces ¿Por qué no dejan que la ley del mercado laboral regule la oferta y demanda de la mano de obra? Y no que el Estado intervenga, en el mercado, expulsando a los migrantes. En ese aspecto, podemos decir, existe una hipocresía descarada por parte de los gobernantes de la UE y de EE.UU, pues solamente divinizan al “Mercado” cuando es de su conveniencia. Por otro lado, si con la globalización los bienes, servicios y capitales circulan libremente, sin fronteras, ni barreras que lo impidan. Entonces, de la misma manera ¿por qué no circula libremente la mano de obra, que es un recurso humano para la producción? ¿Dónde queda la economía global?

Villa El Salvador (VES) cuenta con decena de cientos de jóvenes que salieron al extranjero. En estos momentos vienen siendo maltratados e inclusive comienzan ser encarcelados por los países del primer mundo. En ese sentido, el pueblo de VES y sus autoridades políticas deben solidarizarse con ellos, no podemos dejarlos abandonados a su suerte. Ellos, con las remesas de dinero que le hacen llegar a sus familiares contribuyen también con el desarrollo del distrito.

Canción, letra y audio,“el Provinciano”:
http://criollismo. perublogs. com/2005/ 08/El-Provincian o.html

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